Existe una creencia generalizada de que la actividad física previene la obesidad, es decir, que quien hace ejercicio nunca será obeso. Sin embargo, a pesar de los numerosos beneficios, la relación entre actividad física y obesidad es compleja.

Al perder peso y estas tratando de mantenerlo, en tu organismo ocurren cambios en las hormonas que controlan tu metabolismo. Estos cambios te pueden llevar a comer menos y hacer más ejercicios físicos para seguir obteniendo los mismos resultados. Al mismo tiempo, las hormonas aumentan el deseo de comer y, a su vez, tardan más en dar la información de saciedad cuando estas comiendo.

De esta manera, a medida que pierdes peso, tu cuerpo no admite una mayor pérdida de peso y se esfuerza en recuperar el peso perdido. Tu cuerpo está tratando de empujarte hacia tu mayor peso. Esta desaceleración del metabolismo puede durar hasta 6 años, pero no quiere decir en absoluto que la actividad física no sea necesaria: lo importante es entender que el ejercicio físico depende de un cambio en el estilo de vida y debe ser algo programado a largo plazo. ^[1]World Health Organisation Obesity and Overweight Fact Sheet, 9 June 2021 Available at https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight. December 2021